Mi madre tiene un hermano en especial (de los 7 u 8 que tiene), que lo considero parte de mi familia. Es mi tío al que considero mi padre ya que se ha hecho cargo de mí como tal desde siempre. Cuando le hice la propuesta a mi madre de querer aprender a tocar la guitarra, mi madre le dijo a mi tío y los dos estuvieron de acuerdo en meterme a algún tipo de curso o taller para aprender.
III. Seis cuerdas
Al esparcirse la noticia por todos los hermanos de mi madre, otro de ellos decidió regalarme una guitarra acústica que a él le habían regalado unos años atrás. Dicha guitarra es de la marca "Valenciana" y fué hecha en 1974. Por el poco uso que tuvo, al momento de yo obtenerla estaba muy bien cuidada, tanto el estuche rígido como la guitarra en sí. Me emocioné al tener por fin mi primera guitarra, aunque no sabía tocarla pero era el primer paso. A pesar de la emoción, no me sentí satisfecho del todo, ya que lo que yo buscaba no era una guitarra acústica, sino una guitarra eléctrica para algún día tener mi propia banda de Rock.
Llegó el verano del 2000 y con ello el fin de 5to año de primaria. Mi tío, el que considero mi padre, se contactó con el padre de un amigo suyo, el cual era un señor guitarrista de un trío musical para pedirle que me diera clases de guitarra particulares (mi madre y mi tío no querían meterme en una institución de música por que no les alcanzaba el dinero para pagar las cuotas), a lo cual el señor dijo que no podía; sin embargo, le recomendó a mi tío a su amigo y compañero de trío musical, otro señor de sesenta y tantos años: el señor Jorge Luna Durán. Al ponerse en contacto con el maestro Jorge, éste dijo que hacía muchos años que había dejado de dar clases de guitarra, pero que podía hacer una última excepción conmigo por petición de su compañero de trío.
Mi madre y mi tío aprovecharon las vacaciones de verano para iniciar mis clases con el señor Jorge, así que inicié tomando clases los Martes y Jueves de 6:00pm a 8:00pm en la casa del señor. Al principio yo estaba nervioso porque no sabía nada de guitarra y era muy torpe con los dedos, pero recuerdo muy bien que una de las primeras cosas que me dijo mi maestro fue que "la práctica hace al maestro", a cada rato me recordaba que por mas cosas que él me enseñara, no iban a servir de nada si no las practicaba. Con el paso del tiempo fui agarrando confianza y aprendiendo poco a poco; sin embargo ese 'poco a poco' se fué haciendo 'lento a lento', ya que mi maestro solo me estaba enseñando los acordes básicos de la guitarra y yo lo que quería era mi banda de Rock; por ende, no me interesaba lo que me estaba enseñando el señor y no practicaba los acordes. Así que yo era un novato en la guitarra que quería tener una banda de Rock y tocar muy bien la guitarra de la noche a la mañana (¡y sin practicar!).
En las clases de guitarra, mi maestro se desesperaba por que yo no avanzaba por la falta de práctica. Ya estábamos a principios de Agosto y ya iba a empezar mi 6to año de primaria y las cosas no iban bien; aprender a tocar guitarra era mas aburrido de lo que yo esperaba. Cuando mi maestro tocaba alguna canción y empezaba a hacer requintos o arreglos muy armoniosos con la guitarra yo me sorprendía mucho y volvía el brillo a mis ojos, le preguntaba siempre a mi maestro cuándo me iba a enseñar a hacer ese tipo de cosas, a lo que él siempre me contestaba que primero debía dominar los acordes básicos; la desilusión regresaba. Mi maestro me decía que no todo en la vida es trabajar y trabajar, que hay veces que uno necesita descansar para despejar la mente y volver con nuevas ideas y nuevos bríos a los menesteres, por lo que en ocasiones dejábamos las guitarras y nos poníamos a platicar. Él me dijo que nació en Guerrero y que empezó a tocar la guitarra desde muy joven, y que desde siempre le había gustado tocar en tríos musicales, ya que los boleros y estilos similares eran una cultura que poco a poco se había estado perdiendo, que era una música muy emotiva que ya nadie tomaba en cuenta; por eso él seguía tocando en el trío.
Se acabaron las vacaciones y entré al 6to año de primaria, aun así seguí con las clases de guitarra. Pasaron alrededor de 2 semanas cuando un niño nuevo se metió al curso. Este niño venía de Querétaro y lo inscribieron en el mismo salón que yo; su nombre es Erick. Para ese entonces yo ya tenía mucha confianza con los alumnos del salón (e incluso me volví parte del grupito de los mas desastrosos) y un día con mucha confianza llegué con Erick a platicar con él. Erick no era como el Furby en cuanto a gustos musicales, mas bien era neutro con ciertos gustos leves, sin embargo eso no nos detuvo para que nos convirtiéramos en mejores amigos. Pasaron varios meses en los que poco a poco nos fuimos conociendo hasta que la amistad surgió al punto de invitarlo a formar parte de las clases de guitarra conmigo; para este entonces yo ya estaba dominando un poco los acordes mayores y menores (aunque aun batallaba muchísimo para hacer la cejilla).
Ahora las clases de guitarra con mi mejor amigo se volvieron mas amenas, mi maestro dividió las clases en dos partes: una en la que me enseñaba a mi algo y me ponía a practicarlo, la otra en la que, mientras yo practicaba mi parte, el maestro le enseñaba algo mas sencillo a Erick, por ser nuevo. Llegados al punto en el que los dos teníamos que practicar, el maestro no tenía nada que hacer y optaba por dejarnos solos para practicar nuestros ejercicios sin tener la presión de su presencia, el problema aquí es que en cuanto el maestro Jorge se iba, nosotros nos poníamos a platicar. Entre esas platicas hablábamos de qué queríamos hacer con lo que aprendiéramos en la guitarra y, de nueva cuenta, volvían los temas de formar una banda. Cuando le dije a Erick que yo quería algún día tener una banda de Rock, Erick se ofreció de inmediato a seguirme. Fueron pláticas muy motivadoras y llenas de ilusiones para niños de 6to de primaria, sin embargo por platicar en esos momentos importantes, no avanzábamos en las clases. También, el maestro tenía un hijo mas grande que nosotros (en esos momentos debió haber tenido unos 17 años), y veíamos al fondo del pasillo de la casa cómo entraba o salía de su cuarto, y en los momentos donde la puerta estaba abierta lográbamos divisar al fondo una guitarra eléctrica roja. En ocasiones lográbamos escuchar cuando la llegaba a tocar; definitivamente era como estar a unos metros del tesoro.
Erick dejó de asistir a las clases por problemas de dinero, así que volví a estar solo. Pasaron varios meses y el maestro se dio cuenta de que las clases estaban avanzando muy lento, por lo que pidió hablar con mi madre para decirle que a él le conviene que yo no aprenda, por que así las clases de guitarra durarían más (lo que significaba mas dinero para él) pero que aprender a tocar la guitarra no se trataba de eso; que él había visto algo en mí diferente a todos sus alumnos anteriores y que de verdad le interesaba que yo siguiera en el camino de la guitarra, el maestro me tenía mucha esperanza al ser yo su último alumno. Por lo que mi maestro decidió cancelar las clases hasta que yo practicara todo lo que él me había enseñado y dominarlo. Él platicó personalmente conmigo y yo lo comprendí, de verdad me di cuenta de que no hice un buen papel de estudiante y que tenía que practicar y dominar lo que ya sabía para aprender cosas nuevas, mi maestro me dijo "Practica las cosas que te he enseñado mijo, ahí tu lo tienes en las notas que dibujé para ti. Cuando te sientas preparado de nuevo, dile a tu mamá que me llame y volvemos a las clases de guitarra ¿está bueno?"
A pesar de haber asistido varios meses a las clases de guitarra, solo alcancé a ver los acordes básicos, la forma de afinación de la guitarra y otras pequeñas cosas, por mi pereza y distracción. Dejé de asistir a las clases de guitarra a principios del 2001, y por los preparativos de la graduación de la primaria, mis primeros sentimientos hacia otra compañera del salón, las travesuras con los amigos, las tardes que pasaba yo en la casa de Erick después de la escuela y muchas otras cosas; el resto del 6to año de primaria no toqué para nada mi guitarra.
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